
El comité de desarme y seguridad internacional (DISEC) es el primer comité de la asamblea general, creado con el fin de mantener la paz y la seguridad entre naciones. Pues en el artículo 11 de la carta de las Naciones Unidas se le asigna a la Asamblea general la responsabilidad de mantener la armonía en el mundo y de ser el órgano que garantice el cumplimiento de los principios del desarme y frene la carrera armamentista. El comité se reúne una vez a al año, y asisten los 192 países miembros.
En este comité (DISEC) se discuten planeaciones y se sugieren acciones con respecto al tema tratado, sin embargo este comité no puede imponer gestiones ni declarar la guerra, a diferencia de lo que ocurre en el Consejo de Seguridad. En el comité de desarme y seguridad se dan posibles soluciones a los problemas planteados, donde todas las propuestas son consideradas pero que gracias a la diplomacia y la negociación se logra llegar a un consenso donde los países se vean beneficiados, es allí donde se expone el verdadero problema y todas las implicaciones que abarca, donde se debate el inicio del mismo, su avance a través del tiempo y el cómo detenerlo, consiguiente es remitido al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General como proyecto de resolución y allí, una vez aprobada, se toman las medidas pertinentes para su realización.
Algunas de sus funciones son la regulación de armamento, el uso de energía nuclear con fines pacíficos, el desarme, el buen uso del espacio exterior y demás temas correspondientes a la estabilidad, la paz y la seguridad mundial.
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El parlamento ucraniano votó una ley que permite la intervención extranjera en su territorio
De la ley, que fue impulsada por el oficialismo y votada por 240 diputados, se excluye a los países implicados en la "agresión militar contra Ucrania", en alusión a Rusia, acusada por Kiev de armar a las milicias separatistas del este del país.
De este modo, Kiev apunta su disposición a aproximarse a la OTAN y abandonar la neutralidad que, según advirtió reiteradamente Moscú, es cruzar una línea roja inadmisible por Rusia.
A tono con lo que fija la Constitución ucraniana, que prohíbe expresamente el emplazamiento de tropas y bases militares de otros países en su territorio, cada iniciativa debe ser analizada, votada y aprobada en cada caso por una ley especial.
En marzo último los diputados ucranianos ya aprobaron una ley que permite el despliegue de tropas de Estados Unidos y Polonia para maniobras militares, tras lo que instructores de esos países y también del Reino Unido operan en el oeste del país.
La ley fue aprobada luego que, en la víspera, la región de Donetsk fuera escenario de los combates más cruentos entre fuerzas gubernamentales y las milicias independentistas, desde que ambos bandos aceptaran en febrero último un alto el fuego.
Paralelamente, en su mensaje anual a la Rada el presidente ucraniano Petro Poroshenko denunció hoy que el país sigue amenazado por "una guerra en toda regla" por parte de Rusia.
"Se mantiene una amenaza colosal para que se reanuden las acciones militares de envergadura por parte de los grupos terroristas rusos", aseguró el mandatario, que es el impulsor principal de la la ley de intervención, que es rechazada tanto por Moscú como por los separatistas.
"Catorce batallones tácticos rusos, integrados por más de 9.000 efectivos, permanecen en territorio de Ucrania", declaró Poroshenko, según citó la agencia de noticias EFE.
Poroshenko aseguró además durante su discurso ante la Rada, que más de 50.000 militares ucranianos se encuentran desplegados en el este del país.
"Más de 50.000 héroes están defendiendo ahora Ucrania en la zona de la operación antiterrorista" contra las milicias de Donbás, destacó.
Advirtió también que la amenaza de combates a gran escala en Donbás aún se mantiene, por lo que Kiev aumentará su gasto en defensa.
El diputado de la oposición Nestor Shufrich afirmó que el discurso de Poroshenko fue una mera "acción de relaciones públicas, muy sofisticada", que solo buscó "mantener su declinante imagen positiva" y careció de "propuestas para resolver pacíficamente la situación en el Donbás", informó la agencia de noticias TASS.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó al gobierno ucraniano de estar poniendo en peligro el alto el fuego de Minsk con sus acciones contra los separatistas asentados en la zona oriental de su territorio.
"Los acuerdos de febrero en Minsk está constantemente amenazados por las acciones de las autoridades de Kiev, que intentan ir más allá de sus obligaciones de impulsar el diálogo directo con Donbás", afirmó Lavrov, durante una reunión sobre temas de seguridad en Moscú, destacó la agencia de noticias Sputnik.
En rueda de prensa, el vocero presidencial ruso, Dmitry Peskov, denunció "violaciones evidentes" de los acuerdos y aclaró que el canciller ruso ya requirió que "los observadores de la OSCE saquen las conclusiones del caso y definan claramente quién es responsable". Agregó que "Hay bombardeos contra el Donbás y las milicias no pueden bombardear su propio territorio".
Moscú negó en reiteradas oportunidades su supuesta implicación en el conflicto ucraniano y el apoyo a las milicias de Donbás, y diversas inspecciones internacionales no lograron detectar ninguna violación en la frontera ruso-ucraniana por su parte, ni tampoco actividades militares.
El este de Ucrania vive un conflicto armado que, según los últimos datos de la ONU, causó más de 6.400 muertos y unos 15.900 heridos desde abril de 2014.
