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Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, (UNEP por sus siglas en inglés) con sede en Nairobi, Kenia, es un programa de las Naciones Unidas que coordina las actividades relacionadas con el medio ambiente, asistiendo a los países en la implementación de políticas medioambientales adecuadas así como a fomentar el desarrollo sostenible. Fue creado por recomendación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Humano (Estocolmo - 1972).

 

Fue fundado por Maurice Strong, su primer director, como resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, en junio de 1972 y tiene su sede en el barrio del Gigiri Nairobi, en Kenia. El PNUMA también cuenta con seis oficinas regionales y varias oficinas en los países.

 

Sus actividades cubren una amplia gama de temas relacionados con el ambiente , marinos y terrestres ecosistemas, gobernanza ambiental y economía verde. Ha desempeñado un papel significativo en el desarrollo de las convenciones internacionales sobre medio ambiente, la promoción de la ciencia del medio ambiente y la información, y que ilustra la forma en que las personas se pueden implementar en conjunto con la política, trabajando en el desarrollo e implementación de políticas con los gobiernos nacionales, las instituciones regionales, en relación con el medio ambiente no organizaciones no gubernamentales (ONG). El PNUMA también ha participado activamente en la financiación y ejecución de proyectos de desarrollo relacionados con el ambiente.

 

NOTICIAS: 

 

Biocarbón: el “abono verde” que combate el cambio climático

 

El biocarbón o biochar es un producto similar al carbón que se produce por el calentamiento de materia vegetal en una atmósfera pobre en oxígeno. Por este procedimiento, denominado pirolisis lenta, alrededor del 50% del carbono de la biomasa queda almacenado en el biocarbón, por lo que resulta un material muy interesante como sumidero de CO2 que contribuya a reducir el efecto invernadero.

El uso del biocarbón no es nuevo, y el estudio de los suelos amazónicos conocidos como “Terra Preta” nos revela que es un material muy estable que puede permanecer en el suelo entre 500 y 7000 años. Además, se trata de suelos muy fértiles, que sugieren que el biocarbón podría mejorar la producción agrícola. Por eso, los científicos están empezando a estudiar las características del biocarbón procedente de distintos residuos vegetales y sus efectos sobre las propiedades del suelo y el crecimiento de las cosechas. Dos recientes trabajos publicados por investigadores de la Universidad de Córdoba, en España, nos revelan algunos de ellos.

En el primer trabajo, publicado en la revista Biology and Fertility of Soils, los científicos analizaron el efecto de la adición de biocarbón producido a partir de restos de poda de olivo sobre el cultivo de trigo. Para ello dividieron una parcela experimental en bloques: a la mitad de ellos se les añadió biocarbón en una cantidad de 4 kg/m2, mientras que la otra mitad no recibió tratamiento.

Los resultados revelaron que la adición de biocarbón aumentó la capacidad de retención de agua del suelo y redujo su grado de compactación. “La mejora de las propiedades físicas del suelo puede tener un papel decisivo en climas secos como el mediterráneo, en el que la baja disponibilidad de agua es un factor limitante para la agricultura”, explican los autores.

 

 

 

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